"NUESTRO concepto de la educación tiene un alcance demasiado
estrecho y bajo. Es necesario que tenga una mayor amplitud y un fin más
elevado. La verdadera educación significa más que la prosecución de un
determinado curso de estudio. Significa más que una preparación para la vida
actual. Abarca todo el ser, y todo el período de la existencia accesible al
hombre. Es el desarrollo armonioso de las facultades físicas, mentales y
espirituales. Prepara al estudiante para el gozo de servir en este mundo, y
para un gozo superior proporcionado por un servicio más amplio en el mundo
venidero". (La Educación, White, E., 1957)
Del texto anterior se desprenden muchas reflexiones, pero dirigiré mi atención a tres que personalmente me impactaron, a saber, el concepto de educación, el concepto de la educación verdadera y el alcance de la educación. Estos puntos, entre otros, llevaron a mi familia a iniciar la gran experiencia de la educación en familia.
1. Concepto de educación: Por más esfuerzos que haga el sistema educativo para hacer que la educación sea "constructivista", no deja de ser una educación masificada, en la que todos deben recorrer el mismo camino, aprender las mismas cosas, los mismos temas año tras año y las mismas evaluaciones. Yo le he llamado "Constructivismo-Conductista" o mejor planteado "intento de constructivismo". Pues en este tipo de educación, el estudiante no goza de la libertad de elegir lo que integrará el currículum para aprovechar al máximo sus capacidades. Los profesores se ven agobiados y estresados por cumplir un cúmulo de contenidos y objetivos antes de que termine el trimestre o el año lectivo. De esta manera se deja a un lado el interés por el niño como persona, sus dificultades de aprendizaje y deseos, lo cual causa diferentes trastornos y disfuncionalidades en el aprendizaje. Y no porque no quieran, o porque sean malos en su labor, pues conozco muchos maestros con vocación dedicados a hacer muy bien su trabajo y al hablar con ellos hay una expresión triste de "quisiéramos hacer más cosas, pero el tiempo no nos da, hay que cumplir el currículo y llenar el libro, pues nos exigen esto todo el tiempo." Es el sistema, lo que deja por fuera al ser.
Tomado de: https://www.facebook.com/pages/La-brújula-del-cuidador
2. La verdadera educación:
La autora que mencioné en un principio dice que
la educación "Significa más que una
preparación para la vida actual. Abarca todo el ser, y todo el período de la
existencia accesible al hombre. Es el desarrollo armonioso de las facultades
físicas, mentales y espirituales".
La verdadera educación
está completamente enfocada en el Ser, por lo tanto, una educación masiva no
puede encajar en este concepto, debido a que deja de lado la individualidad. La
historia afectiva, los gustos e interesesque influyen en la creación de esquemas mentales, procesos
cognitivos, procesos de aprendizaje. Tendiendo en cuenta esto, la educación actual pasa por alto la
singularidad.
“La obra de la verdadera educación consiste en
desarrollar esta facultad, en educar a los jóvenes para que sean pensadores y
no meros reflectores de los pensamientos de otros hombres (…) hombres fuertes para pensar y obrar, hombres que sean amos y no esclavos
de las circunstancias, hombres que posean amplitud de mente, claridad de
pensamiento y valor para defender sus convicciones” (La Educación, White, 1957,
Pg. 18)
Y es que el modelo de sistema educativo está
pensado siguiendo unos propósitos, los cuales fueron expresados de la siguiente
manera por J.D. Rockefeller: “no quiero
una nación de pensadores, quiero una nación de trabajadores” (Sin Escuela, Mascaró,
2013).
"Dura palabra es esta". Esto me hace pensar en el tercer punto de esta
reflexión…
3. El alcance de la educación: Humberto
Maturana afirma:
"Quiero empezar con el "para qué" por una
razón muy simple. Porque si uno se pregunta ¿sirve la educación actual a Chile
y a su juventud?, uno está haciendo la pregunta desde el supuesto de que todos
entienden lo que la pregunta pide. Pero ¿es cierto eso? La noción de servir es
una noción relacional; algo sirve para algo en relación a un deseo, nada sirve
en sí" (Biología del Conocimiento, Maturana, 1989)
En otras palabras, ¿la educación
está al servicio de qué? White dice que: "para el gozo de servir en este mundo".
Maturana enfatiza "Preguntarse si sirve la educación
chilena exige responder a preguntas como: ¿qué queremos con la educación?, ¿qué
es eso de educar?, ¿para qué queremos educar?, y, en último término, a la gran
pregunta: ¿qué país queremos?"